A la espera de la transformación de la Educación
“Educación pública, gratuita y de calidad”, esta fue la consigna que se elevó el 2011 desde el movimiento estudiantil para buscar la educación que Chile merecía. El 2014, el gobierno actual la hizo suya y nos prometió a la ciudadanía una reforma estructural de la educación superior. Estamos en el último año del gobierno y lo que nos presentó el ejecutivo difiere en gran medida a lo esperado en términos transformadores del sistema de educación superior.
El proyecto aprobado recientemente a ser legislado no representa una victoria, por el contrario, es cuestionable, dejando fuera elementos fundamentales como por ejemplo la definición de rol público. Una verdadera reforma educacional parte por definir qué es lo que queremos para la educación de aquí a 100 años y que considerar por instituciones de educación superior, por lo que creo fundamental que el articulado de la reforma defina consistentemente el rol público y que éste sea la columna vertebral del proyecto. Instituciones que gocen de calidad, sean complejas, se vinculen con el medio a nivel regional y nacional, posean un proyecto educativo fuerte y sustentable en el tiempo, a su vez, valoren la democracia estudiantil avanzando a triestamentalidad y que la transparencia activa se vea en todos los niveles; deberían ser los pilares de la educación y los que rigen esta reforma. Pero la falta de visión sistémica que se tuvo al formular la reforma actual, redujo lamentablemente la discusión; actualmente el debate empieza y termina en el financiamiento, parte importante pero no única de la reforma.
Comenzó una nueva y última etapa de la reforma a la educación superior, de la cual como generación y movimiento estudiantil seremos parte aún más activa y presente. Porque para lograr realmente la reforma que queremos y necesitamos, no permitiremos que a los estudiantes se les deje fuera de la discusión técnica, por esto mismo le exigimos al ministerio y los parlamentarios sostener un proceso de diálogo abierto, escuchando a todos los actores sociales, mirando siempre a los estudiantes y sus necesidades, y dejando de lado intereses personales y políticos. Sólo con un proceso de discusión con altura de mira, pensando en una reforma integral, con un eje articulador fuerte como el concepto de rol público, es que lograremos la reforma que los estudiantes y Chile se merecen.
Valentina Belmar Korsholm
Presidenta Federación de Estudiantes UDD