Ya no nos sorprende

A la luz de lo recientemente ocurrido con Camilo Castaldi Lira, vocalista de Los Tetas, más
conocido como Tea Time, quien fue denunciado por su ex-polola Valentina, por agresiones
físicas y psicológicas creo que hay dos razones fundamentales por las que creo muchos no
nos sorprendimos con esta declaración y pensamos “Otra vez lo mismo…”

La primera de ellas tiene que ver como una fan de la banda, conozco su lírica machista e
incitadora de violencia. Muchas veces he coreado “Las muchachas que están ahí afuera
esperando una cacha” de Papi dónde está el funk, como también “Yo soy agresivo, instintos
de animales, sacó una pistola, mato funerales y mato sin parar otra víctima” en Corazón de
Sandía, sin concientizar la realidad tras estas letras, sin hacer consciente si es una crítica al
sistema o tan solo el mero reflejo de la misoginia, la sociedad patriarcal y el machismo
instalado en nuestro sistema.

Esto me lleva la segunda razón bajo la cual es de esperarse que el vocalista de Los Tetas sea
acusado de maltrato a través de golpes y violencia psicológica a su polola, porque ya no nos
sorprende de nadie y peor aún, no nos sorprende que parte de nuestra comunidad se enfrasque
en defender a Camilo y además critique el actuar de Valentina, el patriarcado y todas sus
consecuencias.

Para entender la violencia hacia la mujer es necesario comprender la sociedad y la cultura
donde vivimos. Una sociedad patriarcal y es aquí cuando mis queridos amigos comienzan a
poner los ojos en blanco, pero sí, una sociedad patriarcal, en donde el hombre, solo por nacer
como hombre blanco heterosexual tendrá ventajas, que van en todo el espectro de lo que
puedan imaginar, tendrá ventajas sobre un hombre indígena, sobre miembros de la comunidad
LGTBQ y por sobre todas las mujeres. Creo que esto se refleja directamente según la encuesta
CASEN sobre equidad de género del año 2015 en el IV decil hay una brecha salarial entre
hombres y mujeres cercano al 25%, esto significa que aunque una mujer tenga las mismas
habilidades y niveles de estudios, solo por ser hombre ya se gana más.

Por otro lado es importante entender q ue la violencia hacia la mujer es una práctica
normalizada, todo lo relativo a lo femenino es negativo. Desde pequeña he escuchado el “No
seas niñita”, “No seas maricón” y ¿Qué es un maricón en su raíz? alguien parecido a una
mujer. He visto a lo largo del tiempo cómo desde el lenguaje nos violentan, a la mujer se le hace
sentir menos y eso está aceptado, el amor hacia la mujer se demuestra con celos y posesión,
mientras que la mujer lo demuestra con dependencia y entrega total hacia la pareja.
No nos parece raro, incluso en conversaciones de pasillo escuchar a un grupo de hombres
hablar del carrete del fin de semana, en donde consideramos común y normal “La mina estaba
súper cura así que la hice”. Como tampoco nos parece raro a las mujeres hablar de la
vestimenta de otra, “Que parece maraca”, nos enseñan que entre nosotras existe una
competencia y rivalidad natural.

Por último es importante entender que siempre existe una culpabilización hacia la víctima,
cuando por fin las mujeres nos atrevemos a hablar sobre la violencia que sufrimos escuchamos
comentarios como “Pero si se notaba, ¿Por qué lo aguantaste?”, nos hacen responsables por un
círculo de violencia que estando dentro es difícil verlo y donde se enseña implícitamente en la
cultura, que la mujer debe darlo todo por amor. En el estudio realizado por el instituto nacional

de la juventud en Febrero de este año, se señala que un 51% de los jóvenes conoce alguna
víctima de violencia en el pololeo. Este mismo estudio señala que un 49% señala como causa
principal de violencia los celos y el machismo presente en la sociedad.

¿Cuántas Valentinas, Marinas, Marías Josés, Nabilas y cuántas de nosotras tenemos que ver y
sufrir agresiones para que se tome conciencia? Nos miran, nos tocan, nos gritan, nos agreden,
nos abusan, nos violan, nos golpean y nos matan, cada día y ya no nos sorprende.

Tiare Ramírez
Estudiante de Psicología
Secretaria Ejecutiva FEUDD

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